¿Qué son los derechos de autor?

El derecho de autor es un tipo de propiedad intelectual que se aplica a las obras literarias (se considera que incluye el software), las obras artísticas (por ejemplo, los diseños gráficos y los diseños web), las obras musicales y las obras dramáticas. El derecho de autor protege la forma de expresión más que la idea o el contenido expresado. Por ejemplo, los derechos de autor protegen las palabras de una novela (la expresión), pero no la trama o los temas (la idea o el contenido).

Las empresas participan habitualmente en la creación de obras sujetas a derechos de autor, pero a menudo no tienen en cuenta la titularidad de los derechos de autor. A menos que exista un acuerdo en contrario: a) si un empleado crea una obra sujeta a derechos de autor en el curso normal de su empleo, los derechos de autor pertenecen al empleador; y b) si un contratista crea una obra sujeta a derechos de autor en cumplimiento de un contrato, el contratista es propietario de los derechos de autor y el cliente tiene una licencia implícita para utilizar la obra para el propósito para el que fue creada.

La presunción de propiedad del empleador en la situación de empleador-empleado, tiene sentido para la mayoría de las personas. Sin embargo, la presunción de propiedad del contratista en la situación contratista-cliente puede ser una sorpresa desagradable para el cliente.

Por ejemplo, si una empresa contrata a una empresa de diseño gráfico para crear un folleto para una tirada de 1.000 ejemplares y su acuerdo no dice nada sobre la propiedad de los derechos de autor, entonces la empresa de diseño es propietaria de los derechos de autor del folleto y la empresa tiene una licencia implícita para una tirada de 1.000 ejemplares. Si más tarde la empresa imprimiera 10.000 copias sin el permiso de la empresa de diseño, ésta tendría derecho a una compensación por la infracción de los derechos de autor.

Otro ejemplo es cuando una empresa contrata a un programador para crear un software empresarial personalizado para su uso por la empresa. Una vez más, a falta de un acuerdo en contrario, el programador es propietario de los derechos de autor del software y la empresa tiene una licencia implícita para utilizarlo si es para el propósito para el que fue creado (es decir, en sus operaciones comerciales). Esto significa que, aunque la empresa pagó los costes de desarrollo del programa informático, el programador, y no la empresa, tiene derecho a vender copias del programa informático a otros.

Así pues, en una situación de cliente-contratista que pueda dar lugar a una obra sujeta a derechos de autor, es importante que las partes tengan un entendimiento claro y documentado sobre quién será el propietario de los derechos de autor. Por lo general, es posible llegar a un acuerdo sobre esta cuestión ya que cualquiera de las partes puede estar dispuesta a renunciar a la titularidad de los derechos de autor por un ajuste de precio u otra contraprestación (por ejemplo, el derecho a hacer más copias de un folleto a bajo costo o gratuitamente).

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